viernes, 25 de abril de 2008

A la sombra de la rosa

expandiéndote, enterrándote,
bajando las escaleras del infierno,
restableciendo el punto de
fuga, intentado un bateo
diferente, una postura diferente, alte-
rando la dieta y la forma de
andar, reajustando el
sistema, fotografiando los dinosaurios
de tus sueños,
conduciendo la máquina con
más elegancia y cuidado,
reparando en que las flores te
hablan,
dándote cuenta del gigantesco sufrimiento
de la tortuga de agua dulce,
imploras lluvia como un
indio,
metes otro cargador en la
automática,
apagas las luces y
esperas...

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